miércoles, 29 de abril de 2009

Solubilidad: solutos no iónicos




Las características de la solubilidad de los solutos no iónicos dependen principalmente de su polaridad y en particular de su capacidad para formar puentes de hidrógeno. Nuestra regla empírica dice que <>.
Consideremos los tipos de compuestos con los que nos hemos encontrado, comenzando por los hidrocarburos y los halogenuros de alquilo, que son no polares o débilmente polares y se disuelven en disolventes de polaridad semejante: en hidrocarburos como ligroína o benceno; en halogenuros de alquilo como cloroformo o tetracloruro de carbono; en dietil éter. Las fuerzas que unen entre sí a las moléculas del soluto y a las del disolvente se reemplazan rápidamente por otras similares que mantienen unidas las moléculas del soluto con las del disolvente. Los hidrocarburos y los halogenuros de alquilo no se disuelven en agua, cuyas moléculas son muy polares y se unen unas a otras fuertemente por puentes de hidrógeno.
Volvamos ahora a los alcoholes. Estructuralmente, un alcohol es una mezcla de un alcano y agua: tiene un grupo alquilo, semejante a un alcano, y un grupo hidroxilo, semejante al agua.




El grupo hidroxilo es muy polar y, lo que es más importante, contiene un hidrógeno enlazado a un elemento altamente electronegativo: el oxígeno. Mediante el grupo hidroxilo las moléculas de un alcohol son capaces de formar puentes de hidrógeno: puentes entre sí mismas que dan a los alcoholes sus puntos de ebullición anormalmente elevados ; puentes de hidrógeno con otras moléculas, que tienden a hacer los alcoholes más solubles en otros compuestos hidroxilos, como el agua. Los alcoholes pequeños, como el metanol (CH3OH) son completamente solubles en agua. Los puentes de hidrógeno que existen entre moléculas de agua y metanol pueden reemplazar fácilmente a los muy similares puentes de hidrógeno formados entre diferentes moléculas de metanol y diferentes moléculas de agua.

Debido a la condición muy especial del agua como disolvente especialmente en sistemas biológicos se utilizan las palabras hidrófilo (que ama al agua) e hidrófobo (que odia al agua) para designar la solubilidad e insolubilidad en agua. A menudo se emplean el término lipófilo (que ama las grasas), en lugar de hidrófobo; esto destaca no tanto la insolubilidad en agua, sino más bien la solubilidad en disolventes no polares. Así, el metanol es hidrófilo y los alcanos y halogenuros de alquilo son lipófilos (o hidrófobos).


Observamos todo lo descrito en la tabla













3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Tu último gráfico me pareció interesante, pero no es lo descrito en el texto (como lo mencionas). Lo que se aprecia en el último gráfico es que, para los miembros inferiores de la serie, el grupo -OH representa una parte grande de la molécula, de modo que estos compuestos son miscibles con agua. Sin embargo, se puede ver que a medida que aumenta el número de carbonos, la solubilidad disminuye regularmente, ya que una cadena larga con un -OH en un extremo es principalemten un hidrocarburo.Pero, si una molécula es suficientemente grande (si un alcohol, por ejemplo, tiene una cadena de 16 a 20 carbonos o más) sus partes hidrófilas y lipófilas exhiben sus propiedades de solubilidad individuales. las partes hidrófilas se disuelven en agua, y las lipófilas, en un disolvente no polar o, si no hay ninguno presente, se agrupan para disolverse mutuamente.

    ResponderEliminar